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Experto nutricional

Los hábitos más efectivos para mantener el peso en Navidad

9 de diciembre de 2015 laura escofet · 1 comentario

En estas fechas navideñas hay mucha gente que se preocupa por el peso. La Navidad ya está aquí y las comidas copiosas o “de extra” suelen abundar. Pero… ¿quién dice de no hacerlas, pudiéndolas disfrutar en familia, verdad? No os preocupéis, porque con los siguientes consejos podréis lograr mantener vuestro peso. ¡Aquí van! ¡Tomad nota!

  • No rompáis vuestros hábitos y no os saltéis comidas. Intentad continuar realizando unas 5 ingestas al día, si así lo hacéis. Será lo mejor porque os ayudará a controlar el hambre y la ansiedad. Es una equivocación saltarse comidas para no aumentar de peso, ya que se tiende a picar entre horas y a llegar a la comida “de extra” con más hambre y ansiedad y se acaba comiendo más.
  • No piquéis entre horas. Os ayudará mucho a lograrlo si seguís el punto anterior.
  • Como probablemente ya sabéis con antelación las comidas “de extra” que vais a tener, prepararos comidas ligeras y saludables para el resto del día. Durante la mañana y como tentempié a media tarde, podéis tomar frutas, yogures desnatados, una tostada con tomate y hojas verdes… Para una comida o cena ligera, lo ideal es que predominen las verduras, haya una fuente de proteínas de fácil digestión (por ejemplo, un pescado al horno) y además, una moderada cantidad de cereales integrales (como el arroz) o legumbres, que contienen mucha fibra y sacian. Todo ello, sin olvidar realizar cocciones bajas en calorías (sin salsas, con poco aceite y elaboradas al horno, plancha, vapor…). Se puede preparar un plato único que resuma estas características, como un pescado al “papillote” con verduras y una pequeña ración de lentejas.
  • Durante la comida “de extra”, elegid los platos más saludables y moderad las cantidades. Lo sé, cuando se es el invitado de una comida navideña a veces (o casi siempre) resulta muy difícil escoger platos ligeros y sanos. Si esto no es posible porque la mesa está llena de platos calóricos y no muy adecuados, la opción que queda es controlar las cantidades. Ni es bueno abusar ni decidir “no comer” y quedarse con hambre, ya que más tarde o temprano aparecerá la ansiedad y se terminará comiendo más.
  • Evitad tener en casa muchos dulces y sobrantes de comida. Si no, acabaréis comiendo hasta terminar las existencias y todos los días vais a tener comidas desequilibradas.
  • No abuséis del alcohol. ¿Sabíais que cada gramo de alcohol aporta 7 Kcal y reduce el azúcar en sangre? No vale la pena abusar de él. Todo es mejor si se toma con moderación.
  • Y por último, y no por ello menos importante, intentad manteneros activos. Aunque los días festivos paséis muchas horas sentados en la mesa, el resto de días aprovechad para ir a pasear con la familia, moveros siempre que podáis (prefiriendo andar que coger el coche, el metro…), y aún será mejor si intentáis sacar tiempo para realizar el ejercicio que os gusta. Sea como sea, lo que se trata es de aumentar el gasto energético y no pasar horas y horas sentados.

¿Os parece difícil llevar a cabo estos consejos? Ya veréis que con ganas y un poco de esfuerzo ¡podréis seguir más hábitos de los que os imagináis!

¡Felices Fiestas a tod@s!

Laura Escofet.

Experto nutricional

Come bien para pensar mejor

1 de diciembre de 2015 laura escofet · 0 comentarios

Estudiantes a punto de empezar la época de exámenes, trabajadores con agotamiento mental, situaciones que requieren que “pienses” mucho… realizar un sobreesfuerzo mental se tiene que procurar llevar a cabo una alimentación saludable. Hay ciertos nutrientes y factores que contribuyen al buen funcionamiento del cerebro y cuidan el rendimiento intelectual. Hay otros que lo empeoran. ¿Queréis saber cuáles son? ¡Os lo cuento!

Seguro que habréis oído a hablar de los ácidos grasos omega-3. Pues bien, éstos contribuyen a la construcción de estructuras del cerebro. Un ácido graso de esta familia, el ácido docosahexaenoico (su abreviatura es DHA), ayuda a mantener las funciones del cerebro. Se encuentra en el aceite de pescado, en algunas algas y en peces como el salmón, el arenque, la anchoa… Por el contrario, un consumo elevado de grasas saturadas podría empeorar las funciones cognitivas como la memoria y la atención. Por ello es importante tomar más pescado que carne, reducir los embutidos, alimentos procesados, dulces, bollería…

Por otro lado, es importante no tener deficiencia de la vitamina B12. Entre otras funciones, contribuye al funcionamiento del sistema nervioso y psicológico y unos bajos niveles pueden perjudicar el rendimiento intelectual. Las personas más susceptibles a tener carencias de esta vitamina son las mayores de 50 años y los vegetarianos. En estos casos, tomar suplementos podría ayudar, además de asegurar la ingesta de alimentos ricos en vitamina B12 como son las sardinas, las ostras, los mejillones…

El yodo, el hierro y el zinc contribuyen a la función cognitiva. Una buena ayuda es sustituir la sal normal de mesa por sal yodada. ¡Así de fácil! En cuanto el hierro, es importante no padecer deficiencias. Si es así, el doctor debe aconsejar qué suplementos tomar y, en la medida de lo posible, intentar comer bien para evitar la anemia ferropénica. En este link  os recuerdo los consejos que os di para ello. En referencia al zinc, no es habitual tener deficiencias de este mineral.

Otro nutriente, la vitamina B5 (también llamado ácido pantoténico), también contribuye al rendimiento intelectual. Los alimentos que más la aportan son los huevos, el germen de trigo, las lentejas, los guisantes, los garbanzos….

Por último, y no menos importante, a través de estudios se ha visto que niveles altos de glucosa en sangre pueden afectar negativamente a la memoria (especialmente en personas con poca tolerancia a este azúcar) y, además, las habilidades cognitivas también se ven empeoradas en un estado de deshidratación. Por ello, para asegurar un buen rendimiento intelectual se recomienda hidratarse continuamente, no hacer comidas copiosas y evitar alimentos que suban el azúcar muy rápido en sangre (azúcar de mesa, cereales azucarados, panes refinados, dulces y bollería…), a cambio preferir los alimentos de bajo índice glucémico (frutas, verduras, legumbres…).

Lo sé. Es difícil acordaros de todos los alimentos que deberíamos comer. Ya sabéis que yo soy de la teoría que no sirve para nada memorizar una lista de nombres. ¡Tenemos que ser prácticos! Por ello, colgad en la nevera la siguiente nota que os he preparado y seguro que así os acordaréis cada día y, sin daros cuenta, llegará el día que ya os lo sabréis:

  • ALIMENTOS PARA EL CEREBRO:
  • Alimentos ricos en fibra: cereales integrales (sustituirlos por los refinados), fruta, verdura y legumbres
  • Evitar el abuso de azúcar de mesa, dulces y bollería industrial.
  • Pescado azul y marisco (sardinas, salmón, arenque, anchoa, ostras, mejillones)
  • Ternera: 1 vez a la semana
  • Huevos
  • Germen de trigo
  • Sal yodada (sustituyéndola por sal sin yodar)
  • 1,5-2 litros o 8-10 vasos de agua/día

 

Espero que os haya ayudado. ¡Hasta pronto!

Experto nutricional

Importante: Pautas para llevar una alimentación saludable

5 de octubre de 2015 laura escofet · 2 Comentarios

¡Buenos días a tod@!

Tenía muchas ganas de escribiros de nuevo. Hacía demasiados días que no publicaba nada. En agosto todos mis compañeros estaban de vacaciones y a mí me tocaba trabajar a tope. Este año, por primera vez, he experimentado lo que es hacer vacaciones en setiembre. He estado fuera las dos primeras semanas de setiembre y la verdad es que no está nada mal: menos gente, precios algo más bajos…

Pero ahora sí que ya toca volver al trabajo y empezar a cuidarnos con hábitos saludables que perduren para siempre o, al menos, a muy largo plazo. Para lograrlo, necesitamos estos dos “ingredientes”: saber en qué consiste una alimentación saludable y tener ganas para cambiar nuestras conductas alimentarias para que se parezcan lo más posible a las recomendadas. Si estos cambios de conductas los mantenemos durante al menos 21 días seguidos, nuestro organismo se habrá acostumbrado a comer bien y ya tendremos el hábito adquirido.

¿Qué os parece? ¿Queréis saber cómo realizar una alimentación saludable? ¡Vamos a ello! Empezaremos por conocer los grupos de alimentos y la frecuencia que debemos consumir cada uno de ellos. Los alimentos se clasifican en grupos según sus propiedades nutricionales. Para cubrir los requerimientos del organismo, debemos consumir alimentos de la mayoría de los grupos, pero algunos con más frecuencia y cantidad que otros (algunos alimentos se deben tomar varias veces al día, otros un par de veces y otros sólo algunas veces a la semana). Para simplificaros la información, os he preparado la siguiente tabla. Tomad nota:

Alimentos Frecuencia Recomendada Propiedades nutricionales
Alimentos ricos en hidratos de carbono (HC):  pan, cereales, arroz, pasta, patata, harinas 4-6 raciones al día Están compuestos por glúcidos complejos en forma de almidones, los cuáles proporcionan energía. También contienen proteínas, vitaminas del grupo B principalmente y minerales. Para un aporte mayor de fibra, es preferible tomar los “integrales”, aquellos que han sido elaborados con harinas poco refinadas.
Leche y derivados 2-4 raciones al día Aportan proteínas de alto valor biológico y calcio. Su valor calórico o energético dependerá de si contienen más o menos grasa y/o azúcares.
Verduras y hortalizas Al menos 2 raciones al día Son ricas en agua y contienen minerales, vitaminas y fibra. En el caso de las frutas, su aporte de azúcar varía según el tipo.
Frutas Al menos 3 raciones al día
Aceite de oliva 3-6 raciones/ día Aportan un valor energético considerable gracias a su contenido en ácidos grasos esenciales. Además, son una fuente de vitaminas liposolubles.
Legumbres 2-4 raciones/ semana Contienen glúcidos complejos, proteínas vegetales, fibra, vitaminas y minerales.
Frutos secos 3-7 raciones / semana Igual que el aceite de oliva, proporcionan un valor energético alto, grasas saludables, vitaminas y, además, fibra.
Pescados y mariscos 3-4 raciones/ semana Aportan proteínas, hierro altamente biodisponible, vitaminas y minerales. Su aporte de energía dependerá de la cantidad de grasa que contengan. Los pescados azules y las carnes rojas aportan más cantidad de materia grasa. Sin embargo, el pescado contiene grasas más saludables que las de la carne.
Carnes magras y aves 3-4 raciones/ semana

alternar su consumo

Huevos 3-4 raciones /semana Aportan proteínas de alto valor biológico, vitaminas y minerales.
Embutidos y carnes grasas Estos alimentos se recomiendan que se consumen de forma ocasional, ya que su contenido en grasas poco saludables y azúcares tiende a ser alto.
Dulces, snacks, refrescos
Margarita, mantequilla, bollería
Agua de bebida 4-8 raciones / día Se debe beber agua varias veces al día, con o sin sed.
Vino – cerveza Consumo opcional y moderado en adultos Básicamente, aportan azúcar (glucosa y fructosa) y alcohol.
Ejercicio físico Diariamente Mejor si es pautado por un profesional experto en la materia.

Ufff… Demasiada teoría, ¿verdad? ¡No os preocupéis! Para los que seáis como yo, que os gusta anotaros las cosas para recordároslas cuando toque sin necesidad de aprenderlo de golpe todo de memoria, imprimiros esta tabla y colgarla en la nevera o algún sitio estratégico de la cocina para que la veáis cada vez que preparéis vuestras comidas. ¡No dejéis que se os pase por alto! ¡Os irá bien para cumplir con una buena dieta!

En los siguientes artículos os explicaré más hábitos que deberíamos hacer para realizar una alimentación saludable. Y antes de que se me olvide, para quién le haya parecido “imposible” tomar al menos 3 frutas cada día, aprovecho para recordaros que os conté trucos para conseguirlo en este post (http://dietasanayejercicio.com/como-tomar-al-menos-3-frutas-al-dia-y-no-morir-en-el-intento/)

Saludos,

Laura Escofet.

Experto nutricional

Ideas para un desayuno perfecto

21 de septiembre de 2015 laura escofet · 0 comentarios

Conocí a mi pareja cuando estaba estudiando la carrera de Nutrición Humana y Dietética. Sí, llevamos muchos años saliendo ya. 😉 Cuando él se enteró de lo que estaba estudiando, bromeó diciéndome que le “pondría a raya”. No fue así. Sólo le insistí en que hiciera un único cambio: desayunar. Me costó menos de lo que pensaba. Empezó a llevarse el bocadillo al trabajo y hasta el día de hoy, no puede pasar sin comer nada por la mañana.

Para cuidar vuestra alimentación, es preferible hacer varias comidas al día. Lo importante es que la ingesta de todo el día se reparta en varias tomas y que entre toma y toma pasen unas 3-4 horas. ¡Cómo mucho! Si desayunáis, probablemente tendréis menos probabilidades de estar bajos de energía y  rendimiento durante la mañana y el hambre estará más regulada. Cenar y no volver a comer hasta el día siguiente al mediodía puede significar para muchos un ataque de hambre y ansiedad que comporte un desequilibrio alimentario.

Para preparar un desayuno equilibrado os aconsejo que incorporéis: cereales “integrales”, los elaborados con harinas menos refinadas; fruta (una pieza o una ración); lácteos bajos en grasa; y también le podéis añadir verduras (hojas verdes u otras verduras crudas o cocidas), grasas saludables (aceite de oliva virgen extra y/o los frutos secos) y proteínas (los cereales, frutos secos, bebidas vegetales… aportan proteínas vegetales y las de origen animal pueden provenir del huevo, lonchas de pavo, anchoas, salmón ahumado…).

Aquí os dejo algunas ideas de para quién acostumbre a desayunar siempre lo mismo o quiera iniciarse en este hábito:

  • Bocadillo vegetal con atún o pavo + un zumo natural + dos yogures desnatados
  • Dos yogures desnatados o un vaso de leche semidesnatada con muesli (si es natural mejor para evitar consumir demasiado azúcar) + una fruta
  • Tostadas de pan integral con tomate y queso bajo en grasas + un zumo de frutas natural
  • Tostadas de pan de cereales e integral con verduras y lunares de manzana al horno + dos yogures desnatados o un vaso de leche semidesnatada
  • Dos yogures desnatados con frutos secos (almendras, avellanas y/o nueces) + una barrita de cereales + una fruta.
  • Tostada de pan integral con hojas verdes, salmón ahumado y semillas de sésamo + dos yogures desnatados + una fruta.
  • Un bol de dos yogures desnatados, trocitos de fruta, muesli y, ¿por qué no? virutas de chocolate negro.
  • Opción para llevar: bocadillo vegetal con queso (con tomate, lechuga, espinacas) + una fruta + un yogur bebible.
  • Opción para llevar: Bocadillo de tortilla con tomate, queso bajo en grasas y hojas verdes + una fruta.

desayunosano

Aunque no lo haya indicado, todo aquél que no pueda pasar sin el café matutino lo puede añadir a su desayuno. Si es con leche, la mitad de un vaso de leche es media ración de lácteos. Para consumir, al menos, una ración de lácteos para desayunar, se podría complementar con queso, un yogur o la otra mitad de un vaso de leche.

Los “cereales de desayuno” suelen llevar muchos azúcares. Si los consumís, fijaros en la composición nutricional del envase e intentad escoger el que lleve menos azúcares.

Y vosotros, ¿qué soléis desayunar? Que os parece si hacemos un post con las mejores ideas de desayunos que publiquéis esta semana. Además vamos a contar con la compañera perfecta para este reto!!! Podéis descubrirlo en Instagram.

Etiqueta las fotos en las Redes Sociales con el hashtag #retodesayunosano ó #retodesayunosaludable

¡Saludos!

Laura Escofet.

Experto nutricional

Evitar el gluten ¿es una moda o es saludable?

24 de julio de 2015 laura escofet · 2 Comentarios

Probablemente en los últimos tiempos habéis oído hablar de la dieta sin gluten para bajar peso y cuidar la salud. No sé si conocéis a alguien cercano que lo haya hecho, pero lo cierto es que varias famosas se han apuntado a esta moda, lo que provoca un “efecto llamada” y hace que mucha gente decida seguir estas pautas. Ahora bien, ¿es saludable eliminar el gluten de la dieta sin una causa que lo justifique? Vamos a verlo.

¿Qué es el gluten, la celiaquía y cómo debe ser la alimentación de los celíacos?
El gluten es una proteína que se encuentra en el trigo, la avena, la cebada y el centeno, así como otros cereales como el kamut, el triticale o la espelta. De ahí que, el pan, las pastas, las galletas, los bollos… contengan gluten porque se han elaborado con estos cereales.
La celiaquía es un trastorno autoinmune que produce una intolerancia al gluten: cada vez que el cuerpo detecta el consumo de gluten, activa su sistema inmunitario para atacarlo y este proceso genera varios síntomas, como malestar, gases, diarreas, hinchazón, dolor abdominal, caída de cabello, dolores óseos… Las personas que padecen esta enfermedad no pueden tolerar absolutamente nada de gluten. Su dieta debe ser estricta, sin rastro de gluten, por pequeña que sea la cantidad. No se pueden dar “caprichos” y saltarse la norma. Si lo hacen, se encuentran mal. Por ello, deben recibir un asesoramiento nutricional para garantizar que su dieta es equilibrada y cubre las necesidades nutricionales. Además, deben aprender a consultar, interpretar y ser críticos con las etiquetas alimentarias, las cartas de los restaurantes… para discernir los productos pueden tomar de los que deben rechazar para evitar todo lo comentado anteriormente.
Aparte de la celiaquía, existen algunas otras patologías (muy pocas) que requieren llevar una dieta sin gluten: la sensibilidad al gluten (personas con los mismos síntomas que los celíacos pero a las que no se les detectan los anticuerpos causantes de la enfermedad), la alergia al trigo y ciertas enfermedades autoinmunes crónicas como la psoriasis, la artritis reumatoide y la diabetes tipo 1.

Dieta sin Gluten ¿si o no?
La dieta sin gluten NO es recomendable para la población en general
No tiene ningún fundamento científico eliminar el gluten de la dieta si no hay una celiaquía u otra enfermedad inmunitaria que lo justifique.
Es decir, al revés de lo que muchos piensan, no se ha demostrado que eliminar el gluten de la dieta en personas no celíacas produzca una bajada de peso y ganancia de salud. Más bien todo lo contrario: estos cambios dietéticos podrían aumentar el riesgo de que la alimentación se desequilibre. Los motivos son los siguientes:
– Personas que al eliminar el gluten de su dieta sin un motivo clínicamente demostrado y sin conocimientos previos para llevar bien la dieta, de repente dejan de tomar ciertos (bastantes) alimentos, lo que puede conducir a deficiencias alimentarias. Por eso un celíaco suele seguir una estricta educación y control nutricional.
– Los alimentos sin gluten pueden no estar suficiente enriquecidos en fibra, vitaminas y minerales, al contrario que algunos alimentos con gluten. La razón es porque las harinas sin gluten están refinadas, es decir, les falta fibra y, durante el proceso de quitar el germen y el salvado, pierden vitaminas y minerales. En cambio, en el mercado encontramos pan con gluten integral que es una fuente de fibra, vitaminas y minerales.
– Los alimentos sin gluten pueden llevar más grasas no saludables, más azúcar, más calorías y/o aditivos para asegurar que el producto alimentario tenga las características de textura, sabor… que deseamos. Las harinas sin gluten tienen poco sabor y al no contener la proteína del gluten, el producto (pan, pasta, galletas…) carece de la textura esponjosa y masticable que tanto nos gusta. Para solucionarlo, los fabricantes le pueden añadir grasas trans, azúcares…
– Los alimentos sin gluten suelen ser el doble de caros que los que sí lo contienen. Quien no se puede permitir comprar tantos productos libres de gluten, que suele ser gran parte de la población, acaba evitando los productos con gluten sin compensar este déficit con otros alimentos y esta situación puede provocar una dieta deficitaria y desequilibrada.

En conclusión
Eliminar el gluten de la dieta comporta realizar una alimentación más cara, con algunos o muchos productos menos saludables, y con un grado más alto de dificultad si queremos comer equilibradamente.
Las mejoras que perciben muchas de las personas que eliminan el gluten se deben a que parten de una alimentación que solía ser excesiva y poco saludable: reducen el consumo de carbohidratos y alimentos procesados, evitan la bollería y se cuidan más en general. En definitiva, reducen el consumo de grasas, azúcares y energía por lo que se sienten mejor.
Antes de decidir por vosotros mismos eliminar el gluten de la dieta, deberíais proceder así:
Si lo que queréis es bajar peso, poneros en manos de un dietista-nutricionista para que os planifique una dieta a vuestra medida y os dé consejos personalizados. En definitiva, para que os ayude a comer alimentos saludables, de forma variada y equilibrada.
Y si lo que deseáis es dejar de padecer malestares digestivos (gases, hinchazón…), acudid a un médico para que pueda diagnosticar si padecéis alguna enfermedad o sensibilidad que os favorezca la eliminación del gluten. Y además, a un dietista-nutricionista. En caso de estar indicada la eliminación del gluten, éste profesional os debe reajustar la alimentación y hacer un seguimiento muy de cerca, ya que un celíaco debe evitar totalmente el gluten para el resto de su vida.

Una vez más, espero haberos ayudado.
Laura Escofet.

Experto nutricional

Reducir barriga (por gases o por grasa)

1 de julio de 2015 laura escofet · 2 Comentarios

¡Hola!
Me han chivado que hay bastante gente que quiere reducir barriga, ya sea porque tiene la sensación de hinchazón y pesadez abdominal o porque se le acumula la grasa sobre todo en esta zona. No sueñan con presumir de abdominales, pero sí que querrían sentirse más a gusto con camisetas ajustadas, cortas de cintura, bikini…
¿Os resulta familiar esta situación? Si es así, hoy os cuento algunos hábitos que os puede ayudar a solucionarlo.
En primer lugar, debéis reconocer cuál es la causa del exceso de volumen abdominal. Puede ser por una alta acumulación de gases. Lo sabréis porque soléis estar hinchados, tenéis eructaciones (al comer se traga aire y el cuerpo lo expulsa), generáis ruidos intestinales y, en algunos casos, podéis tener molestias digestivas. La otra causa es por acumulación de grasa en la zona del abdomen.

Reduce barriga

Una vez identificada la causa, aquí os dejo las recomendaciones de cada caso para revertir la situación:
Consejos para evitar los gases o hinchazón:
– Comed poco y a menudo: una vez más, ¡esta es la regla de oro!
– Tomad la cantidad justa y necesaria de fibra: ni demasiada ni muy poca. Es muy saludable tomar fibra y, en general, la población suele consumir menos de la que debería. La fibra se encuentra en las legumbres, los cereales integrales (pan, arroz, pasta, cereales de desayuno…), los frutos secos y otros vegetales como las frutas y las verduras.
Si se toma excesiva fibra, especialmente quién no esté acostumbrado, durante la digestión se pueden producir una mayor cantidad de gases, ruidos…. Para ello, es importante aumentar el consumo de fibra de forma progresiva, en pequeñas dosis y no de golpe en una sola comida.
Por el contrario, si se consume poca fibra, puede aparecer el restreñimiento y la sensación de hinchazón.
– Combatid el restreñimiento: haciendo deporte, consumiendo suficiente agua (os lo cuento en el siguiente punto) y asegurando una pequeña cantidad de grasa (aceite de oliva virgen extra) en las comidas.
– Bebed agua: al menos 1,5 litros durante el día y asegurad una mínima cantidad al terminar una comida, ya que la fibra necesita agua durante el proceso digestivo. Si os suena la frase “tomar agua en las comidas engorda”, creedme: es un mito.
– Evitad introducir aire mientras coméis: lo lograréis comiendo despacio y masticando bien, evitando hablar en exceso durante la ingesta y no bebiendo directamente de la botella.
– Cocinad bien las legumbres y evitad las verduras más flatulentas, como la col, el repollo, el brócoli y la coliflor.
– Probad de introducir en vuestra dieta alimentos germinados: aportan enzimas naturales que ayudan a la digestión. Lo son las hortalizas, cereales o legumbres germinadas como brotes de soja o de alfalfa y alimentos fermentados como el miso y el chucrut.
– No abuséis de las frituras, que pueden empeorar la digestión.
Si tras hacer cambios de hábitos para evitar la hinchazón, persisten las digestiones lentas, diarreas y/o estreñimiento, gastritis, náuseas, vómitos, gastritis… consulta al médico ya que puede haber otras causas como una intolerancia alimentaria.

Consejos para evitar la acumulación de grasa abdominal:
Muchas veces me preguntan: “¿existe algún producto para reducir la grasa que tengo aquí?” Suelo responderles que si hubiera un producto científicamente probado y eficaz, es decir, que funcionara, sería todo un éxito, no habría una prevalencia tan alta de personas con obesidad y sería conocido por tod@s nosotr@s.
Lo que es eficaz para reducir la grasa de la barriga es hacer régimen, es decir, consumir menos calorías de las que se gastan y hacer ejercicio. La actividad que se recomienda es la cardiovascular (andar a marcha rápida, correr, ir en bici…) y complementarla con abdominales para reforzar la zona deseada.
Si no se tiene que perder peso (o al menos no hace falta perder mucho), puede ser suficiente con cambiar ciertos hábitos alimentarios (comer alimentos más saludables, repartidos durante más ingestas al día…) y complementarlo con un ejercicio ligero de abdominales diariamente.
Aquí os dejo algunos consejos específicos que os pueden ir bien:
–  Podéis consultar cómo hacer los ejercicios abdominales.
– Evitad abusar de grasas y platos muy calóricos (salsas, dulces, fritos, rebozados….) y grasas saturadas que aumentan la grasa visceral (carnes rojas, embutidos…)
– Controlad el consumo de azúcar: es importante tener los niveles de insulina adecuados para no acumular grasa y por ello no conviene hacer un alto consumo de azúcar. Los alimentos que más lo aportan son el azúcar de mesa, las bebidas ricas en azúcares (refrescos, por ejemplo), los dulces o el alcohol, entre otros.
– Asegurad consumir magnesio a través del salvado de trigo, el queso, el sésamo, las almendras… Este mineral contribuye a mantener el metabolismo energético.
Una vez más, espero haberos ayudado.
¡Saludos!
Laura Escofet.

Dieta sana y ejercicio